Modos de contar-crónica.
CAMINATAS DE JUVENTUD.
en muchas de las expresiones de la jerga popular se escucha la frase "recordare es vivir".
marina vargas, una mujer de 51 años, con dos hijas, oriunda de San Bartolo, Jardín-Antioquia, recuerda así como cuando los oradores cantaban las proesas de batallas y héroes, con ese sentimiento nostálgico que se asemeja a la tristeza pero se parece mas a la alegría.
"eran tiempos diferentes, yo era mas joven, mas arriesgada, menos miedosa y con un ánimo y unas fuerzas para caminar envidiables". Luzma como le dicen sus hijas mientras cuenta su historia dibuja en su rostro una enorme tranquilidad, pues ella
aclara todo el tiempo que eran paseos muy sanos, aunque financiados por unos cuantos pesos que Jose Anival, su primo, le robaba al tío de su negocio de venta de petróleo, sin contar que el fiambre constaba de una pasta de bocadillo con una media de aguardiente.
En el año de 1973 Marina, emprendía viajes de catorce horas a pie, de Andes a Támesis; pasando por Buenos Aires y Río Frío, "los paisajes eran hermosos, pinos frondosos y una selva tan hermosa como virgen, utópica en estos tiempos". por las noches ya en el pueblo, los tres amigos de paseos y caminatas; Jose Anival, Margarita y Marina salían a bailar, pero como ella misma lo dice, no bailaban, brincaban a ridmo de rocanroll, "las cosas no eran como ahora, no se necesitaba técnica solo estar alegre y sentir la música".
Atrás quedaron ya esos tiempos en los que para desayunar caminaban errantes durante horas esperando encontar conocidos o almas caritativas que les dieran de comer, lejos esta el cansancio de un viaje de sábado a domingo solo para tener un momento de diversión con sus amigos, en el recuerdo quedaron las idas a los ríos a sabiendas de que ninguno sabia nadar, y en las historias quedaran esos amigos inolvidables.
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