miércoles, octubre 21, 2009

crónica


Basada en al película "Copiando a Beethoven"


Un poco de ahí y un poco de mí

Sus ojos se confundían entre la admiración y el desprecio, entre el amor y el miedo. Esta cinta, nada desconvencional por cierto, por un lado me hace humanizar esos ídolos inalcanzables, que para unos ojos llenos de amor y admiración, poco tienen de humanos y por el otro me recuerdan lo irreverente e incomprendido de los que son hoy considerados "genios" en la historia.

Anna Holtz, una joven de 23 años, llena de sueños, aspiraciones, retos y talento, se ve reducida al “honorable” cargo de copista de Ludwig van Beethoven y aunque su nombre no aparezca plasmado en sus trabajos, es el orgullo mas grande para una chica como esta que apenas emprende su camino hacia su conocimiento y discernimiento de capacidades y limitaciones, de deseos y caprichos, de logros y fracasos, que recibidos por un hombre tan voluble como talentoso se ven banalizados por el simple hecho de ser mujer.

Eran otros años, eran momentos difíciles para la mujer, pero aun mas para el respeto, la tolerancia y el amor, las clases sociales y las profesiones, abrían una gran brecha, sumada a la imposición de los padres por encima del deseo de los hijos, los prejuicios sociales y la posición inquisidora dela iglesia católica ante la diferencia de opinión, todas estas, eran constantes como en este tiempo lo son la inconsciencia social, la violencia, la drogadicción y la maquinización.

La historia se desarrolla en Viena, entre un convento; la casa de su novio, que no termino siendo más que un hombre de hierro, con creaciones sin alma, como catalogaba Beethoven al ingeniero, que había pasado gran parte de su vida construyendo la maqueta de un puente con el que concursaría el mismo día que Beethoven acabo con él; La casa de Beethoven, un hombre bastante desorganizado y descuidado en su higiene personal, egocéntrico, altruista y vanidoso, borracho, belicoso y con tinte homosexual; los escenarios, los teatros en donde exponían sus obras a la crema innata de la sociedad aunque mesclada con el proletariado burgués y la plebe.

El proceso de escritura le sirve sin duda a Anna como medio para hacer valer su trabajo y mostrarse como una dama culta y honorable, pocas para la época, aunque también para dar cuenta de que al igual que el nombre de la película, copiaba a Beethoven, ella no quería ni ser diferente ni superarlo, después de dejarse copiar y hacer su propia composición dio cuenta que su trabajo se reducía a imitarlo, ella quería ser como él o mas bien él.

Hay cosas que aun no entiendo de la cinta, si el creador de la novena sinfonía, estaba tan alejando de dios, porque hablaba de él todo el tiempo, porque se refería a sí mismo como su amigo, como un traductor de sus pensamientos, de su voz intrínsecamente ligada a su espíritu y mediador entre el cielo y la tierra, sintiendo su voz en pensamientos que se veían traducidos e interpretados en canciones.

Busco y busco la manera de escribir una crónica de esta película y no la encuentro, vagamente recuerdo el nombre y situaciones de los personajes centrales, solo veo en mi mente la sonrisa hipócrita del cardenal asintiendo a Beethoven y rechazando la maqueta de aquel joven enamorado, las escenas no pasan en mi mente como en otras ocasiones, basta verse la película para recordar estar cansador y querer ir a dormir, con esto no digo que no sea de mi agrado pero con la introducción recibida por mi maestra en clase, me deja expectativas que en este caso no alcanza llenar.

jueves, octubre 15, 2009

Reportage

CASA DE CITAS

Fue un sábado 17 de agosto, la tarde predecía un día caluroso, como la mayoría de días en este año, desde que el fenómeno de la niña se tomó casi toda Colombia.

Ansiosa mientras esperaba que diera inicio el usual recorrido guiado en el museo de Antioquia de la Ciudad de Medellín, que por cierto, es un lugar con una arquitectura barroca muy interesante, con murales pintados con la técnica del fresco, por Pedro Nel Gómez, un talentoso artista antioqueño y el arte respirando desde la entrada; el parque Botero, rodeado de monumentales esculturas que hacen alusión al estilo de su autor, Pablo Botero, dicho parque, rompe con la crudeza del centro, de la Veracruz, un lugar tristemente estigmatizado por la presencia de prostitutas e indigentes.

11:00 am dio inicio el recorrido de la exposición artística, Casa De Citas que convoca a gran número de artistas de diferentes tendencias pop art, impresionismo, cubismo, decoración de interiores, escultura, estampados, acuarelas, oleos, etc. donde cada uno buscan recrear modelos de conciencia referentes al consumismo, reconfigurando los cuadros para modelizarlos sobre una temática actual creando una fuerte crítica social, moral, política y económica; “el gran público la encontrará muy representativa por cuanto permite una aproximación a los territorios por los que transitan las prácticas artísticas contemporáneas, en dónde ideas como la originalidad y unicidad de la obra, así como la figura del artista como genio creador, son puestas en cuestión”[1].

Como ven, es una exposición que busca dar de que hablar o más bien de pensar y reconstruir nuevos significados de nuestras deidades terrenales.

Los pasillos del museo dan cuenta del orden y respeto que tienen los habitantes de esta ciudad para con él, aunque algo rompe con esta composición tan impecable, un poste señalizador, que como nos dice la guía, es la primera pieza de la exposición.

Con la técnica earth art, un artista local se inspira en esta corriente para representar sus obras por medio de un señalizador ya que dada la monumentalidad y la escala de su tamaño es imposible trasladarlas a algún sitio, pero , deben ser reconocidas y recordadas en una exposición como esta, donde se exhiben obras tan estrafalarias y poco usuales que más bien parecen parte de la indumentaria del museo .

La exposición continua y entramos a un salón de color blanco con obras que a simple vista se ven tan interesantes que vale la pena “leerlas”; la sociedad de consumo se exhibe en esta exposición con artistas como Antonio Caro que usando la tipografía y colores corporativos de una marca como Coca-Cola, escribe sobre su pintura Colombia (1976), Evidenciando su postura frente al yugo y la manipulación extranjera.

Continuando con al critica a la marca más reconocida mundialmente, Alejandro Sanches pinta enjoy, una radiografía lumbar en la que una coca cola es introducida en medio del sacro, de un sujeto aparentemente femenino.

En las fotografías de Liliana correa, puede verse por ejemplo la diversidad sexual, racial y cultural de la mujer actual sobre la base del nacimiento de Venus, de Botticelli. Que apropósito de esta obra tan popular en el renacimiento, Beatriz Gonzales reconstruye un nuevo significado de ella basada en la mitología romana, pinta su figura sobre tela de toalla como si el hecho de que viniera del agua significara que debía estar secándose todo el tiempo.

Después de casi ser críticos de arte con la cantidad de técnicas, piezas y significados de las diferentes obras, nos conducen a otro salón con una temática mucho mas diferente y con un estilo entre impresionista y postmodernista muy marcado.

“No exponer una concepción del mundo como algo exterior a él, sino experimentar la pieza misma, construida con su actividad manual, tener la vivencia de su misma ejecución, lo que convierte al pieza en su obra experimentada evitando el objeto abstracto” dice Luis Fernando Valencia.

En esta exposición nos dice la guía que cada uno debe encontrar las diferencias entre copia y falsificación y lo único que puedo responder a eso, es que cada autor puede hacer una pequeña replica de otro autor, pero cada pincelada, cada elección de color; eso lo hace diferente, eso reconstruye otro significado y otorga a la pieza otro sentido que parte de esta nueva composición y de este nuevo artista.

Según Marcel Duchamp, toda persona puede ser artista, por eso, su corte de cabello, una estrella que simbolizaba genialidad y anexo la palabra TÚ, que sin dura eras tú como observador. Marcel en su obra refleja su pensar, aire de artista, aire de carpintero, aire de médico, representados por un globo inflado de diferentes colores de acuerdo a la profesión, evidenciando su modo social de percibir el arte y la pasión con la que un artista o un profesional que nace y no se hace.

Y el ejemplo más claro se percibe con la obra de Camilo Restrepo “esta si es una pipa” que retoma la obra de Rene Magritte “esto no es una pipa” ya que aparentemente si lo es, pero no cumple con su objetivo y uso básico de pipa, que es fumar. A consideración con la de Camilo que son una réplica de pipas obtenidas de un proceso de investigación que se llevó a cabo en los barrios de Medellín con una problemática de violencia y drogadicción como: Barrio Triste, Manrique Oriental, El Popular y Moravia Con los indigentes que armaban sus propias pipas, y de ellas se vale Camilo para construir su obra. Es decir según estos dos artistas, la construcción de significados se da a partir del uso que se le den a las cosas.

12:15pm la guía nos hace algunas preguntas acerca de que hemos aprendido y nos hace saber con un gesto de satisfacción y tranquilidad que aquí acaba el recorrido. En este momento me puse a pensar en la misión del museo que alguna vez leí: “El Museo de Antioquia es un espacio de interacción educativa y cultural que a través de las artes convoca a la participación de todos, reconoce y valora la diferencia, genera disfrute, pensamiento y reflexión a través del desarrollo de la sensibilidad, del diálogo polifónico e interdisciplinario, los saberes y las expresiones de las culturas”, y ahora pienso que es verdad, que todos los días cuando los guías nos ven pensativos al salir de allí , se ríen de nosotros porque han cumplido su objetivo, educar hacia la crítica y la reflexión. Una vez más buen trabajo.


miércoles, octubre 14, 2009

perfil

LA MARÍA DE LAS COPIAS

Entre olor a tinta y comida; entre callado y ruidoso, entre calientes y fríos; así transcurren los días de María de los Ángeles Salazar Rodríguez, en una papelería localizada en la Fundación Universitaria Luis Amigó (FUNLAM).

María como la llaman sus amigos, es una mujer extrovertida, amable, sincera y muy amigable, con sus 14 años de vida laboral en la FUNLAM, es considerada por los alumnos uno de las piezas importantes dentro de ella, pues cada ves que un estudiante visita su hogar “la metáfora” tiene el gusto de recibir una enorme sonrisa picara y alegre que contagia hasta al ser mas inmune.

-Mi trabajo es como mi segundo hogar, dice María sin recelo, pues tristemente comparte más tiempo con sus compañeros de trabajo: Juan, Daniel Jennifer y Sebastián, que con su familia.

Esta paisa de 39 años, creció bajo el ceno de su abuela Carmen, junto con sus dos hermanos, Olga que es la mayor y Luis el niño, que como una madre, Carmen se esforzó lo que pudo por criarlos de la mejor manera, aunque para María, halla sido una infancia “triste y dura” por la ausencia de sus padres Juan Guillermo Salazar Patiño y Gloria Estela Rodríguez.

De su paso por la escuela hay muchos recuerdos gratos de picardías y maldades que de una mujer con ojos tan expresivos y un rostro como un libro abierto, se hacen mucho mas reales, pues la manera de contar sus experiencias me remontan a ese instante, esos momentos de dolor y alegría que en esta entrevista me revela.

María sin duda es una mujer soñadora y tranquila en su vida, a pesar de que uno de su máximos sueños allá quedado frustrado.-“yo quería ser docente, cuando la universidad abrió las puertas al público yo soñaba estudiar preescolar” . Sin embargo de 6 a 8 pm y de lunes a sábado, su vida transcurre a manos de estudiantes y de una universidad que desde el principio le abrió las puertas.

Para esta madre cabeza de familia, trabajar nunca fue un problema, pues como me cuenta, desde pequeña trabajaba en las casas de las vecinas y con la plata que se ganaba se dio gusto en todo lo que quiso y de paso, le ayudó a la abuela.

Unos meses después de salir del colegio, conoció a Cesar Alberto Sánchez; el dueño de la papelería Metáfora, quien deposito toda su confianza en ella para manejar y atender su negocio, pues como ella misma lo dice: “me gusta que las cosas funcionen y competir por calidad y en la atención a mis clientes”.

Esta bella mujer, es morena, de cabello negro y espeso como el recorrer de una vida sola con sus dos hijos; Carlos Andrés de dieciséis años y Catherine de catorce, de labios pequeños pero vivaces, de ojos negros y profundo que dejan entre ver los vestigio de una belleza que aun no se extinguen, y de carácter tan fuerte como lo son sus ganas de vivir y de agradecer a su dios por las bendiciones de tener un trabajo que ama realmente y unos hijos que son su aliento para despertar sin descanso cada día.

Hoy en día María vive en el barrio san Javier el socorro con sus dos hijos y me dice entre nostálgica y alegre que aun tiene un sueño y que pronto se cumplirá; tener una casa propia y es que a pesar de que en la casa en donde viven no pagan arrendo, ella quiere tener un “rancho” donde envejecer y saber que ahí va a estar siempre, porque es suyo, el banco le prestó casi la totalidad de la primera cuota, pero ella me dice que trabajando duro lo va a conseguir.

Esta María de las copias, es sin duda una mujer humilde y carismática, que al igual que todas las madres buscan darle una vida mejor a sus hijos, con más oportunidades y por supuesto vivir a través de ellos sus sueños, es por esto, que María espera ver algún día a sus hijos como grades profesionales, como esos a los que se enfrenta a diario con una enorme sonrisa para ofrecerles sus servicios.

martes, octubre 13, 2009

Crónica



La comuna del olvido

La violencia ha sido protagonista desde siempre en la historia de Colombia y los niños como su blanco no intencional, sus principales víctimas.

Los habitantes de La Comuna 13 de Medellín ha sido victimas de numerosas olas de violencia, por parte del crimen organizado; paramilitares, pandillas, bandas, desatan diarios duelos a muerte donde los menos implicados son los más afectados, en aquel sector de la cuidad de la eterna primavera, solo se ven cuerpos agonizantes sobre el asfalto, solo se oyen explosiones de balas, granadas, gritos y llanto, solo huele pólvora y en los corazones de sus habitantes solo se escucha el clamor por un poco de piedad, tranquilidad, y paz.

Juliana Gómez era una niña para entonces de 10 años, de tez morena, ojos saltones y pícaros y de una serenidad y madures atípica en los niños.

El 12 de julio del año 2002 sus padres fueron asesinados en medio de una lucha de poderes dice juliana, no se sabe aun a manos de quien; si de la guerrilla o de los “buenos” el ejército.

Jesús Darío Gómez y Adriana Agudelo fueron víctimas de los falsos positivos, de esos que a pesar de la evidente descomposición de las fuerzas armadas de la nación solo en 2007 se empezó a mirar con preocupación y ha formar parte de los principales combates del actual presidente Álvaro Uribe Vélez.

Historia de la vida y la muerte.

Juliana como de costumbre salía de casa todos los días a las cinco y treinta de la mañana para ir estudiar, aquel día su maestra de escuela no llegó y decidió junto con dos amigos más, regresar a casa.

A casi treinta metros de su hogar se escucharon seis disparos, uno tras otro, unos más cerca del otro, juliana hasta ahora no conocía la realidad de su pueblo, de su gente, no diferenciaba a l igual que muchos, los buenos de los malos, además de los que decía la radio.

Juliana corrió a pasos de gigante y cuando llegó a esa casa llena de orificios y vidrios rotos que un día fue suya, hecho a llorar al ver el cuerpo tendido de su madre que yacía en la cocina inerte.

Juliana no creía que aquella realidad fuera ahora suya y con tanta serenidad como la que se siente después de una estampida, caminó en busca de su padre y en el rincón en el que alguna vez jugó con las hoyas de mamá, tendido sobre el suelo que era mas bien una mezcla poco homogénea de cal y cemento, vió a su padre yaciente, tan muerto, tan frió tan solo.

Ahora la luz del sol se filtraba por los orificios de su transformada casa y entre trastornada y curiosa salió a la ventana, la única que a pesar de ser traspasada por una de sus balas había logrado no derribarse, tal vez con la intensión de vislumbrar los verdugos de sus padres, o el día que le esperaba o quizá el hada madrina para que retrocediera el tiempo, y en aquel espectáculo tan desolador, solo se podían ver hombres con traje camuflado husmeando en la zona, y un hombre de mirada curiosa en frente, tratando de enfocar su rostro a través de la ventana,- yo sonreí un poco para que la fotografía no saliera mal, y de pronto aquellos hombre de traje verde irrumpieron en la casa, revisando bruscamente los cuerpos sin vida de mis padres, como si yo no estuviera ahí-.

-son los únicos rostros que recuerdo aquel día, que ignorándome registraron toda la casa en busca de muerte, no de vida, solo les interesaba el número de bajas, porque para ellos mis padres eran guerrilleros, como se lo hicieron saber al país, a sabiendas de que la realidad fue otra.

Hoy mis padres no son más que cifras impunes que supuran en la herida que deja la violencia, la guerra, la corrupción, la ambición y el poder.

Son siete años de batallar por la justicia, por la verdad, por la vida y por la muerte.


fotografía:

JESÚS ABAD COLORADO, 'Comuna 13, Medellín, Antioquia', 2002. Edición 5/5. Fotografía blanco y negro, Edición 5/5. Impresión de pigmentos de carbono sobre papel PH neutro de alta calidad, 19 5/8 x 29 1/8 inches (50,0 x 74,0 cm). Quinta Galería


sábado, octubre 10, 2009

Informe de lectura


Detenerse en el bosque: Humberto Eco

Escribiendo historias, el arte y oficio de narrar en el periodismo: Juan José hoyos

La diversidad del lenguaje periodístico y su relación con el literario, desde la construcción de los elementos que configuran un hecho, ya sea real o imaginario como: los personajes, la temporalidad, el narrador, la construcción de la trama o la locación en la sé que desarrolla la escena o la acción de dichos personajes, permite hacer indistintas relaciones entre la literatura y el periodismo.

En este análisis abordaremos el componente tiempo como uno de los elementos indispensables dentro de una historia. Así, podríamos hablar de la importancia de éste desde Juan José Hoyos. “todo relato bien contado […].está preñado de tiempo […]. Un tiempo que sirve para crear los límites en los que se realiza la acción […]. Podría decirse que se siente la realidad porque se siente el tiempo”[1].

De acuerdo con lo anterior una historia o narración requerirá de una construcción desde la temporalidad para adquirir una semejanza con la realidad. Si bien, el manejo de dicho factor puede ser indistintivo, éste necesariamente deberá estar inmerso en la construcción textual.

Hoyos, además, diferencia dentro de la narración la existencia de dos clases de tiempos: los tiempos vivos y los tiempos muertos. Estos, explicados desde el análisis que dicho autor realiza sobre un reportaje de Germán Castro Caycedo de su libro Karina. Reportaje en el que se cuenta el secuestro de un avión de carga en pleno vuelo por el M19 desde la Guajira hasta las selvas del Caquetá. Pueden ser interpretados como los encargados de acelerar o desacelerar la acción de los personajes y el desarrollo de la historia.

“Los tiempos vivos le han servido a Caycedo para contar los momentos en que la acción es más intensa: como el despegue, el sobrevuelo de los puntos más neurálgicos donde el avión puede ser detectado […] los tiempos muertos, a su vez, le han permitido plasmar el lento viaje del avión desde el desierto de la Guajira hasta los últimos picos del a cordillera oriental[2]”.

Por su parte, Humberto Eco al definir una obra narrativa como aquella que tiene la posibilidad de poner personajes en escena, para realizar acciones, aborda que dichas acciones pueden ser dilatadas “si tiene que pasar algo importante y apasionante, es menester cultivar el arte de la dilatación”[3].

Eco bajo el anterior planteamiento está haciendo referencia a los que Hoyos denomina “tiempos vivos, tiempos muertos”. Desde un análisis deductivo-interpretativo podríamos aproximar los tiempos muertos a esa acción de dilatación en la que le lector disminuye su velocidad de lectura y la relación lector, escritor es menos coyuntural y trascendente.

Adicionalmente Humberto Eco plantea la existencia del tiempo en la narración en tres veces, tiempo de fabula, tiempo de discurso y tiempo de la lectura.

Eco define dichos tiempos como los constitutores de relato. El primero hace referencia a los largos periodos del tiempo que transcurre con inmediatez dentro de la historia. “si el texto dice ‘pasaron mil años, el tiempo de la fabula es de mil años. Pero en e l nivel de expresión lingüística […], el tiempo para escribir (y para leer) el enunciado es brevísimo"[4]. Eco para definir el tiempo del discurso recurre a lo que se denomina como escena, en ella el tiempo del discurso tanto como el de la fabula parecen tener la misma periodicidad. Así, el tiempo del discurso es “ el efecto de una estrategia textual en interrelación con la respuesta del lector al que impone un tiempo de lectura”[5], estando inmerso en dicho planteamiento el tiempo de lectura.

Hoyos, retoma el concepto de escena, referenciándolo como uno de los nuevos paradigmas que el oficio del periodismo impone para el siglo XXI. Paradigma porque propende recuperar las formas antiguas de narrar.

En la escena, el estilo literario se combina con el narrativo para crear en una unidad temporal y situacional en la que se realiza la acción de los personajes.

Esta nueva forma de narrar en el periodismo es analizada por Juan José Hoyos desde sus con figurantes y sus antecedentes. Es así como para llegar a definir el paradigma del periodismo del siglo XXI, él parte del análisis de los relatos primitivos, la prosa partidista, el estilo epistolar, el estilo informativo, la entrevista, el reportaje, los llamados “muck rakers” y el periodismo investigativo y el nuevo periodismo [6].

El análisis de Hoyos, reconfigura la relación Eco – Hoyos. Eco propone la interpretación del tiempo, o lo que llama “dilatación”[7] como un factor de diferenciación del texto literario. Los nuevos paradigmas de la comunicación propenden por acercar al lector al hecho real, a vivivirlo y reconstruirlo desde la subjetividad del periodista, pero desde la objetividad de éste, clarificando que la construcción de un hecho periodístico se diferencia de uno literario en el origen de los datos. “Escribir un relato no significa abusar de todas las libertades para trastocar la realidad al amaño de la imaginación. Si se cambia un solo dato en un reportaje o en una crónica, esto los convierte inmediatamente en literatura”[8] pero no desconociendo la acción de dilatar, en el texto periodístico.

Es más la relación literatura periodismo, en este orden de ideas, se hace más cercana al analizar escritores como Truman Capote y su obra A Sangre Fría. O al analizar el reportaje como género periodístico o la novela realista como género literario.

Retomando la teoría de Eco de la Dilatación y teniendo como referente el análisis hecho a los nuevos paradigmas del periodismo para el siglo XXI, podemos llegar discernir entre la importancia de extender el texto, de construirlo desde el análisis de las diferentes escenas y acciones que los personajes hacen y entre los cuatro procedimientos, que según Tom Wolfe, son básicos del nuevo periodismo. La escenificación, el registro realista de los diálogos, el empleo del punto de vista y la relación de gestos cotidianos, hábitos, modales etc. de los personajes[9]. Ambos conducen a la construcción de la historia desde una acción vivencial y una correlación de tiempo y acción.

Así podríamos retomar a Hoyos en función de Eco en el ejemplo mencionado anteriormente de Germán Castro Caycedo. El lector se ve obligado a disminuir el ritmo de la lectura en los “tiempos muertos” y a acelerarlo en los tiempos vivos, pues es en ellos donde éste interviene en la historia: DILATACIÓN. “Aristóteles ya había prescrito que, en la acción trágica, la catástrofe y la catarsis final debieran ser precedidas por largas peripecias”[10].

La función del tiempo y la construcción de la historia tanto en el campo literario como el periodístico proponen la HIPOTIPOSIS o descripción viva y eficaz de alguien o algo por medio del lenguaje. Como una herramienta configurarte de la historia y como aquello genera una relación intrínseca entre autor, narrador, personajes, y lector. Por tanto el manejo del tiempo en la historia tanto de ficción como periodística dirige al lector a experimentar, conocer y relacionarse. A hacer parte de la obra.




[1] HOYOS Juan José, Escribiendo Historias, el Arte y Oficio de Narrar en el Periodismo, Editorial Universidad de Antioquia, Medellín, 2003, pág. 277

[2] Ídem

[3] ECO. U. Seis pasos por las bisques narrativas. (.H.L.M Mayes, trad). España, Editorial Lumen, Pág. 60

[4] ECO. U. Seis pasos por las bisques narrativas. (.H.L.M Mayes, trad). España, Editorial Lumen, Pág.64

[5] [5] ECO. U. Seis pasos por las bisques narrativas. (.H.L.M Mayes, trad). España, Editorial Lumen, Pág.68

[6][6] HOYOS Juan José, Escribiendo Historias, el Arte y Oficio de Narrar en el Periodismo, Editorial Universidad de Antioquia, Medellín, 2003, Pág. 297 – 358

[7] ECO.U. Seis pasos por las bisques narrativas. (.H.L.M Mayes, trad). España, Editorial Lumen, Pág. 59-82

[8] HOYOS Juan José, Escribiendo Historias, el Arte y Oficio de Narrar en el Periodismo, Editorial Universidad de Antioquia, Medellín, 2003, Pág. 38

[9] HOYOS Juan José, Escribiendo Historias, el Arte y Oficio de Narrar en el Periodismo, Editorial Universidad de Antioquia, Medellín, 2003, Pág. 359, 360,361.

[10] ECO.U. Seis pasos por las bisques narrativas. (.H.L.M Mayes, trad). España, Editorial Lumen, Pág. 74

Lina María Zapata Vélez

Alejandra Saldarriaga Vargas

Natalí Chamorro Galeano

Libardo a Andrés Agudelo gallego

Milena Morales


lunes, octubre 05, 2009

portafolio

LA ESCRITURA Y LA VOZ EN LA NARRACIÓN LITERARIA

María Isabel Filinich

Los vastos argumentos que encierran el documento de Isabel se concentran en el papel del narrador dentro del texto y sus implicaciones con la tipología textual y sus personajes.

“El autor no se comunica por medio del lenguaje sino que comunica lenguaje” cumpliendo un papel mediatizador dentro de la obra, y haciendo mension de la fusión de tres términos, hombre-obra y autor

Existen tres tipos de autores: el explicito, el implícito y el ficcionario.

Explicito, cuando el autor interviene en la obra con su propio nombre, creando un universo de ficción donde reflexiona acerca de si mismo, y un ejemplo de ello, las dedicatorias, los prólogos, las notas al texto, los comentarios insertos en la obra que aluden a ésta como un mundo ficcional, en donde el autor o la figura de él en la obra, no es mas, que uno de los personajes creados para este mundo ficcional.

El autor en este tipo de textos reflexiona sobra su práctica y su hacer.

El autor implícito es el sujeto de la enunciación del discurso novelesco, transmite mensajes para la recta interpretación de la historia, adelanta metanarrativamente rasgos del discurso, hace comentarios sobre los personajes, da informaciones de tipo erudito y abiertamente teñidos de ideología[1].

Como dice boot, se ve inmerso en la obra al atribuirle por medio de la escritura un universo entero de situaciones, pensamientos, críticas y vivencias a los personajes. Es decir, el autor implícito es el que esta presente en la configuración personal de todo el texto y se evidencia en las elecciones estilísticas, el destino de los personajes, la disposición grafica, las disposiciones de género, en fin todo lo que de cuenta de las estrategias de composición de la obra.

Además, se caracteriza por destinar a otro su discurso y tener una voz ambivalente como personaje que vive los acontecimientos y a la ves como narrador en segunda persona que remite al narratario designándole al autor una función narrativa de narrador y narratario.

El autor friccionalizado se convierte en uno más de los personajes, y puede jugar el rol de narrador, narratario o personaje. La ficcionalización tiene la tarea de borrar las fronteras entre enunciación real o literaria, por tanto, no se debe confundir un personaje ficticio con el nombre del autor de la obra, con el autor implícito o explicito; teniendo en cuanta, que los comportamientos, diálogos y situaciones correspondan al mismo mundo de ficción creado por el autor.

Las tres manifestaciones pueden diferenciarse también, de acuerdo al tiempo verbal, teniendo en cuenta que el autor ficcionado solo puede hacerse presente en el espacio creado narrativo de su propia obra, además si el narrador explicito hace un comentario dentro de la obra fixionada rompería con el hilo al ser una voz intrusa.