miércoles, octubre 21, 2009

crónica


Basada en al película "Copiando a Beethoven"


Un poco de ahí y un poco de mí

Sus ojos se confundían entre la admiración y el desprecio, entre el amor y el miedo. Esta cinta, nada desconvencional por cierto, por un lado me hace humanizar esos ídolos inalcanzables, que para unos ojos llenos de amor y admiración, poco tienen de humanos y por el otro me recuerdan lo irreverente e incomprendido de los que son hoy considerados "genios" en la historia.

Anna Holtz, una joven de 23 años, llena de sueños, aspiraciones, retos y talento, se ve reducida al “honorable” cargo de copista de Ludwig van Beethoven y aunque su nombre no aparezca plasmado en sus trabajos, es el orgullo mas grande para una chica como esta que apenas emprende su camino hacia su conocimiento y discernimiento de capacidades y limitaciones, de deseos y caprichos, de logros y fracasos, que recibidos por un hombre tan voluble como talentoso se ven banalizados por el simple hecho de ser mujer.

Eran otros años, eran momentos difíciles para la mujer, pero aun mas para el respeto, la tolerancia y el amor, las clases sociales y las profesiones, abrían una gran brecha, sumada a la imposición de los padres por encima del deseo de los hijos, los prejuicios sociales y la posición inquisidora dela iglesia católica ante la diferencia de opinión, todas estas, eran constantes como en este tiempo lo son la inconsciencia social, la violencia, la drogadicción y la maquinización.

La historia se desarrolla en Viena, entre un convento; la casa de su novio, que no termino siendo más que un hombre de hierro, con creaciones sin alma, como catalogaba Beethoven al ingeniero, que había pasado gran parte de su vida construyendo la maqueta de un puente con el que concursaría el mismo día que Beethoven acabo con él; La casa de Beethoven, un hombre bastante desorganizado y descuidado en su higiene personal, egocéntrico, altruista y vanidoso, borracho, belicoso y con tinte homosexual; los escenarios, los teatros en donde exponían sus obras a la crema innata de la sociedad aunque mesclada con el proletariado burgués y la plebe.

El proceso de escritura le sirve sin duda a Anna como medio para hacer valer su trabajo y mostrarse como una dama culta y honorable, pocas para la época, aunque también para dar cuenta de que al igual que el nombre de la película, copiaba a Beethoven, ella no quería ni ser diferente ni superarlo, después de dejarse copiar y hacer su propia composición dio cuenta que su trabajo se reducía a imitarlo, ella quería ser como él o mas bien él.

Hay cosas que aun no entiendo de la cinta, si el creador de la novena sinfonía, estaba tan alejando de dios, porque hablaba de él todo el tiempo, porque se refería a sí mismo como su amigo, como un traductor de sus pensamientos, de su voz intrínsecamente ligada a su espíritu y mediador entre el cielo y la tierra, sintiendo su voz en pensamientos que se veían traducidos e interpretados en canciones.

Busco y busco la manera de escribir una crónica de esta película y no la encuentro, vagamente recuerdo el nombre y situaciones de los personajes centrales, solo veo en mi mente la sonrisa hipócrita del cardenal asintiendo a Beethoven y rechazando la maqueta de aquel joven enamorado, las escenas no pasan en mi mente como en otras ocasiones, basta verse la película para recordar estar cansador y querer ir a dormir, con esto no digo que no sea de mi agrado pero con la introducción recibida por mi maestra en clase, me deja expectativas que en este caso no alcanza llenar.

1 comentario:

Adriana Arroyave dijo...

Es un texto bien trabajado.
¿Desconvencional?